Con 18 años trabajaba ya en la Inspección de Tránsito, pasados los 20 inauguraba con un amigo suyo la primera academia de conducción del municipio. Desde entonces el camino de Delio Naranjo ha sido uno de constante crecimiento, siempre para ponerse al servicio de la comunidad.
Su labor empresarial empezó en 2001; con su propia moto, un carro que había comprado de segunda y un instructor procedente de Pereira, daba los primeros pasos en la enseñanza de la conducción, marcados por el esfuerzo y la perseverancia. “El primer mes no tuvimos ningún alumno, el segundo nos llegó uno nada más’’, recuerda. Casi un año después, su socio se retira del negocio, y el inicia el proceso de formalización, trasladándose también a su primera sede oficial. Luego de altos y bajos, de pequeños avances y retrocesos, Autoescuela del Norte logra consolidarse estando en la Oficina de Tránsito, de donde se retira en 2010 para establecerse en su ubicación actual.
Este proyecto, más allá de representar para Delio una ocupación, es la principal vía mediante la que busca devolverle al municipio las oportunidades que le ha dado para crecer. Autoescuela del Norte no es solo una academia de conducción, sino un lugar para aprender a proteger la vida, para aumentar la conciencia y tomar herramientas para el autocuidado y la prevención; es un cambio de perspectiva.
A su labor empresarial se suma una vida dedicada al servicio, de apoyar programas sociales e iniciativas gestadas en el municipio. Delio ha sido defensor de los espacios públicos y de su aprovechamiento, partidario de la solidaridad, y obstinado en agregar más valor a su pueblo. Un hombre que crece para ayudar a crecer también a su comunidad.
Es mejor en la App