Esta tierra que forma parte de una tradición familiar de hace más de 65 años ahora es testigo de cómo nuestro café no conoce fronteras.
Durante varios meses trabajamos con amor nutriendo y regando la tierra, en la cosecha seleccionamos cuidadosamente cada grano dando paso a ese ritual lleno de tradición, donde después de finalizar el proceso de recolección, despulpado, fermentación, lavado y secado hacemos posible que puedas disfrutar una deliciosa taza de café en las mañanas.
Definitivamente amamos el café, es una bebida tradicional que conecta generaciones y que es motivo de orgullo para todos nosotros.
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